Debes conocer cuánto puedes pagar mensualmente por el crédito. Para esto, verifica que tus ingresos sean iguales o superiores a tus gastos, considerando el nuevo endeudamiento. Lo ideal es que tus ingresos sean mayores a tus gastos para cubrir imprevistos sin arriesgar el pago oportuno de tus compromisos.
Tener un monto como resguardo puede ser útil.
No pidas más ni menos de lo que necesitas. Si el monto requerido resulta insuficiente, tu proyecto puede quedar incompleto y podrías tener complicaciones para pagarlo. De hecho, quizás te veas en la necesidad de pedir un crédito complementario, lo que puede ser más caro y exponerte a un sobreendeudamiento. Por otra parte, pedir un monto en exceso, puede dificultarte solicitar nuevos créditos en el corto plazo y crea la tentación de darle un destino diferente.
Mira diferentes instituciones y cotiza. Escoge la mejor oferta considerando los gastos asociados de cada alternativa. Para esto, compara no sólo el valor de la tasa de interés, sino que también la Carga Anual Equivalente (CAE), el valor cuota y el costo total del crédito.
Una vez que te hayas decidido por una oferta, aclara todas tus dudas antes de firmar y lee detenidamente los documentos que te entreguen, especialmente respecto de los compromisos que asumirás. Una vez que firmas, lo que está en el contrato y sus respectivos anexos debes cumplirlo.
Emplea el dinero estrictamente para el destino que lo solicitaste. Si utilizas los fondos para solucionar situaciones inesperadas de otra índole, lo más probable es que tendrás problemas para pagar la deuda en el futuro.
Asegúrate de pagar cuando corresponda las cuotas del crédito. Recuerda que, si no cancelas tus deudas en las fechas comprometidas, éstas pueden generar gastos de cobranza extrajudiciales y judiciales, generalmente bastante elevados, además de los correspondientes intereses. Si te atrasas en el pago aparecerás con información negativa en las bases de datos respectivas. Un mal antecedente comercial te acarreará problemas para pedir nuevos créditos y seguir funcionando. Ten en cuenta que, si solicitas un crédito grupal o solidario, aunque el dinero se te entrega individualmente, el grupo funciona como aval. Por lo tanto, si dejas de pagar, tu grupo deberá asumir tu deuda, con todos los inconvenientes que eso genera. A su vez, tú te verás perjudicado si otro deja de pagar.
Recuerda que las instituciones financieras no permiten abonos ni pagos parciales de sus cuotas. De esta forma la entidad puede cobrarte gastos de cobranza y realizar todas las acciones que correspondan si no cancelas el total, sin considerar para estos efectos el abono realizado.
Si te encuentras atrasado en el pago de tus cuotas, la entidad puede exigirte el pago total de la deuda de manera anticipada. Este derecho del acreedor consta en el Pagaré que se firma al contratar el crédito y se llama “cláusula de aceleración”.
Pide que te devuelvan el pagaré que firmaste. Es un seguro para demostrar a futuro que cumpliste a cabalidad con tu compromiso.