¿De qué depende la elección del inversionista?
La elección del instrumento dependerá, casi siempre, en otros aspectos de:
- El objetivo del inversionista.
- El monto disponible para invertir.
- La rentabilidad deseada.
- El grado de aversión o tolerancia al riesgo del inversionista.
- El plazo en que se desea obtener ganancias.
Por ejemplo, una persona que ahorra para el largo plazo y no quiere sorpresas privilegiará instrumentos de deuda, tales como cuentas de ahorro a plazo. Ahora bien, si el monto lo justifica, y si está dispuesta a asumir un mayor nivel de riesgo, podría invertir sus recursos en un fondo mutuo de deuda de mediano y largo plazo, en un fondo mutuo de instrumentos de capitalización o en acciones.
En todo caso, nadie puede decir a un tercero con certeza dónde es mejor invertir, básicamente por dos razones:
- nadie conoce el futuro
- nadie conoce mejor las necesidades de una persona que ella misma. El mejor ejemplo son los distintos niveles de riesgo que las personas están dispuestas a asumir.
Para quienes tienen una alta tolerancia al riesgo, los instrumentos más recomendables son los de capitalización, por ejemplo, las acciones.
La literatura señala que en el largo plazo las acciones rentan más que los instrumentos de deuda, pero, por otro lado, las acciones son más riesgosas, así que son aconsejables para quienes están dispuestos a asumir una probable pérdida de capital y no así para los que, por ejemplo, se encuentran ahorrando con el objetivo de adquirir una casa propia. Con las acciones se participa en la rentabilidad y riesgo del negocio, en cambio, con deuda se financia al emisor a cambio de un interés.
Siempre es recomendable diversificar la inversión, si se cuenta con los recursos para ello, y conocer las características de los instrumentos en el mercado. De no ser así, hacerse asesorar por expertos puede ser lo más conveniente.
Siempre hay más de una opción para invertir.
Aspectos a considerar al momento de la inversión
1. Objetivo de la inversión
Debe conocer la razón de por qué quiere ahorrar o invertir, o bien, postergar su consumo de hoy, por el futuro, para irse de vacaciones o comprarse un auto.
2. Nivel de riesgo tolerado y rentabilidad deseada
Debe evaluar cuál es su nivel de tolerancia a las variaciones asociadas al precio de los activos v/s lo que espera ganar con la inversión.
Por ejemplo, un inversionista con bajo nivel de riesgo tolerado, probablemente no invertiría en acciones dada la volatilidad de su precio, aún cuando de esta forma podría obtener una rentabilidad mayor. El nivel de riesgo tolerado es una característica de cada persona y del objetivo de la inversión.
En este sentido, es relevante conocer que existen instrumentos con distintos niveles de riesgo y, por tanto, distintos niveles de rentabilidad asociada. Por ejemplo, un instrumento emitido por el Banco Central es menos riesgoso, pero la rentabilidad asociada es menor que otras alternativas de inversión.
3. Liquidez de la inversión
Es el grado de convertibilidad del activo en efectivo sin afectar su valor. Esta variable se asocia con el momento en que se desee retirar la inversión.
Al igual que en el caso anterior, se debe tener presente que existen instrumentos con distintos grados de liquidez.
Como ejemplo de alta liquidez, podemos citar las acciones que se transan en bolsa y que tienen presencia bursátil, si la acción tiene alta liquidez probablemente la venta se realizará al valor al cual se cotiza.
Las cuotas de fondos de inversión se han mostrado menos líquidas, si consideramos que la liquidez de estas cuotas está relacionada con la mayor o menor rapidez con que un inversionista cualquiera puede comprar o vender este instrumento, conservando el precio de mercado.
4. Plazos de la inversión
Es una variable que se asocia directamente al objetivo de la inversión.
5. Necesidades de flujo intermedio
Se refiere a la necesidad de flujos periódicos o no, que tiene el inversionista. Al respecto, cabe señalar que existen instrumentos que pagan flujos intermedios, otros desconocidos y otros sólo al final (Ejemplos: letras hipotecarias, acciones, bonos cero cupón o depósito a plazo fijo).
Por ejemplo, si el inversionista invierte en acciones y quiere recibir flujos de caja, debería escoger aquella sociedad que contempla una política de dividendos estable.
6. Acceso al mercado
Se refiere a la posibilidad de comprar o vender un instrumento en el mercado primario y secundario. En el primero hay restricciones a la transacción, por ejemplo la venta de pagarés por parte del Banco Central y en el secundario existen restricciones por monto, por ejemplo, para acceder a la bolsa, las corredoras exigen un mínimo de capital al inversionista.
7. Unidades de valor y reajustabilidad
La unidad en que se expresa el instrumento, puede ser UF, IPC, US$, etc.
Un(a) inversionista de acuerdo a sus requerimientos puede elegir un tipo de reajustabilidad en lugar de otro.
Por ejemplo, un exportador que debe pagar en dólares, posiblemente desee invertir en esa moneda para protegerse de las variaciones del tipo de cambio.
8. Costos asociados a la inversión
Para realizar determinadas inversiones, en ciertas ocasiones es necesario incurrir en un costo financiero, por ejemplo, al invertir en un fondo mutuo se debe pagar una remuneración a la sociedad administradora y, en determinados casos, una comisión de colocación.
Otro ejemplo son los corredores de bolsa, que cobran comisiones por el corretaje de valores.
9. Tributación de las inversiones
Es importante analizar el impuesto a las que están afectas las rentas generadas por las inversiones, al igual que los beneficios tributarios que éstas otorgan.
10. Resguardos y garantías
Existen instrumentos que cuentan con garantías específicas de pago, en caso que el emisor no pueda cumplir con sus obligaciones.
Por ejemplo, los depósitos a plazo en moneda nacional o extranjera son garantizados por el Estado en un 90% de su monto total, con tope máximo a pagar de 108 UF, monto que considera todos los depósitos mantenidos en el sistema financiero y por una vez en un año calendario, siempre que el titular sea persona natural y se trate de depósitos a plazo mediante documentos nominativos o a la orden.