El buen uso de los cheques y la cuenta corriente permite una mejor administración del dinero.
Los fondos que se depositan en la cuenta corriente pueden ser usados a través de la emisión de cheques, las tarjetas de débito y/o cajeros automáticos.
De acuerdo a la ley, "el cheque es una orden escrita y girada contra un Banco para que éste pague, a su presentación, el todo o parte de los fondos que el librador pueda disponer en cuenta corriente".
Esto significa que el cheque es una orden que el cliente le da al Banco, para que éste pague los fondos que se indican en el documento. El banco, por lo tanto, debe pagar lo que se indica en el momento en que el cheque le sea presentado, sin importar si la fecha es futura. En cambio, si la fecha es pasada, rigen ciertos plazos determinados por la propia ley y las normas de la Comisión, que hacen que un cheque quede inválido cuando han transcurrido determinados plazos.
Es muy importante que la persona que haga el cheque, esté seguro de que al momento en que se cobre el cheque, en la cuenta haya fondos suficientes para cubrir dicho monto.